Villarrasa, enclavada en la parte norte de la zona denominada CONDADO DE LA PROVINCIA DE HUELVA, se encuentra situada al pie de la carretera nacional A-472, que une las ciudades de Sevilla y Huelva, a la altura del km. 605, cuenta con fácil acceso a la autopista A-49 “Autopista del Quinto Centenario”, que une igualmente estas dos capitales andaluzas, a la altura del km. 4 de la comarcal que une nuestra población con Rociana del Condado.
Limita al Norte con el término de Niebla, al este con este mismo y el de La Palma del Condado, al Sur con las localidades de Rociana y Bollullos del Condado y al oeste con Niebla.
Los primeros vestigios humanos hallados en esta población datan del Calcolítico, hace cinco milenios. De esa época procede el yacimiento de “La Alquería”, constituido por un sepulcro en galería cubierta.
Queda unido el devenir histórico de lo que es hoy Villarrasa a la Ilipla romana, la Elepla visigoda, la Lebla musulmana y la Niebla de los Guzmanes.
Los romanos dejaron sus huellas en la zona denominada “El Cortijo”, donde han sido hallados restos de esta época, como una columna de mármol que se conserva en el Museo Arqueológico Provincial.
Durante la dominación musulmana el territorio de Villarrasa perteneció a la Cora de Niebla, sirviendo de baluarte defensivo de Lebla.
Villarrasa sale de la órbita islámica cuando el reino musulmán de Aben Mafot y su capital, Niebla, sucumbe ante las tropas cristianas de Alfonso X en el año 1.262.
Cuando se crea el Condado de Niebla en 1.369, primero en Andalucía, Villarrasa se define como una aldea o lugar más dentro de la jurisdicción de Niebla, es decir está ligada a Niebla jurídicamente aunque con cierta autonomía municipal.
Es precisamente Villarrasa, uno de los pueblos que inicia el primero movimiento separatista contra la capitalidad y privilegios de Niebla al iniciarse el siglo XVII. En el año 1.602, los vecinos de Villarrasa acuerdan y adoptan una actitud de desobediencia civil contra la Justicia de Niebla, pero permanecería bajo el dominio de ésta hasta el año 1.813, en que consiguió su independencia municipal y la obtención del título de villa otorgado por las Cortes Constitucionales de Cádiz que aprueban la Ley de Señoríos, que acabará con el régimen jurídico del que será llamada “Antiguo Régimen”.
Entre los lugares para visitar destacan la Ermita de Ntra. Sra de los Remedios, la Iglesia Parroquial de San Vicente Martir, la Ermita de las Angustias, la Ermita de la Cruz de Arriba, la Ermita de la Cruz del Campo, la Ermita de San Roque, así como los diversos parajes naturales que están dentro del término municipal.
Entre los diversos festejos podemos destacar:
Villarrasa, como la mayoría de los pueblos andaluces, aún conserva el sabor de antaño en tradiciones que siguen rigiendo el vivir de cada día.
Su economía se basa fundamentalmente en el sector agrícola y ha marcado con su transformación la evolución del resto de los aspectos de la vida del municipio.
Aún persisten las tradicionales formas de cultivo de pequeños propietarios que se conjugan con las grandes explotaciones que han implantado nuevos cultivos y por tanto nuevas formas de explotación.
En su término que mide 71,8 kilómetros cuadrados pueden contemplarse a la vez, grandes extensiones de Dehesas, fundamentalmente en la zona norte del municipio que, debido a lo abrupto del terreno se dedican a Cotos de Caza; zonas de campiña, salpicadas de pequeñas parcelas, donde se mantienen los cultivos tradicionales: cereales, olivo y vid, e importantes zonas dedicadas al cultivo extensivo de nuevos productos, frutales fundamentalmente, que imponen cada vez más el sistema de regadío, que ocupa gran cantidad de mano de obra, manipulándose estos productos en la localidad.
Son platos típicos las espinacas con garbanzos, tostón con sardinas, revoltillos con tomate, roscos fritos, pestiños, poleá.